Venecia y Valencia exhiben virus como una forma de arte
El código fuente de
los patógenos se contempla como una creación.
La bienal valenciana fracasa en la
selección del arte digital
TEXTO:
R. Bosco / S. Caldana
El virus está considerado como un símbolo del mal, pero
otros lo ven de otra manera. Así lo demuestra la exhibición
del virus biennale.py en la Bienal de Venecia y del virus
HTML.Reality en una selección que forma parte de la muestra
El Cuerpo del Arte, la principal manifestación de la
Bienal de Valencia. Ambos son producto de la colaboración
entre 0100101110101101.ORG y epidemiC, sendos colectivos de
artistas-programadores. Biennale.py, que ha sido concebido y
compilado con motivo del certamen veneciano, es al mismo
tiempo una obra de arte y un virus activo, que reproduce hasta
el infinito su código fuente, que es el texto que determina y
programa su acción.
Las mayores empresas de antivirus han sido informadas
de las características técnicas de biennale.py y de las
instrucciones para desactivarlo. "No nos interesan las
potencialidades destructivas de los virus, ni un empleo
terrorista del mismo. Para nosotros se trata de un juego
intelectual. Consideramos el código fuente un producto
estético y la forma de arte más genuina y emblemática de las
que se han originado en y desde la Red", explica Luca Lampo,
fundador de epidemiC.
Hasta la clausura de la Bienal de Venecia, en el
Pabellón de la República de Eslovenia, es posible leer el
código del biennale.py y comprobar su acción, en un equipo
infectado. Y se han distribuido miles de camisetas con el
código impreso, así que el biennale.py se difundirá no sólo a
través de las máquinas, sino también de los humanos, como los
virus biológicos. "La programación no es un medio para
producir arte, sino arte en sí misma y como tal debe ser
valorada según criterios de belleza, elegancia y eficacia",
dice Massimo Ferronato, miembro de epidemiC.
En la Bienal de Valencia presentan un ready-made
en forma de un virus de última generación, elegido en uno de
los numerosos sitios dedicados a estos productos y que sus
creadores han convertido en una obra de arte sólo por el hecho
de exponerlo, como hiciera Duchamp con un orinal. Este virus,
denominado HTML.Reality, es un archivo HTML en cuyo interior
se encuentra un script VBS que se ejecuta con el
navegador Explorer.
Este virus se autoreproduce en todos los archivos HTML
del disco duro del ordenador infectado. Entrar en el sitio de
la Bienal y mirarlo no conlleva ningún riesgo. Pero si alguien
decide copiar todo el código y pegarlo en un un archivo HTML,
al abrir éste de nuevo, activará su reproducción y el código
se copiará en las páginas web archivadas en el
ordenador.
Aunque no daña el contenido de las mismas, se
autoincluirá en la lista de favoritos -con un enlace a una
página antivirus- y periódicamente cambiará de nombre al
archivo. "Los programas que se auto reproducen actúan cómo los
virus biológicos: colonizan un organismo para instaurar su
propio entorno y, sólo en casos esporádicos, para destruirlo",
concluye Lampo.
La bienal
valenciana fracasa en la selección del arte digital
La Fura dels Baus culminaba la inauguración de la
Bienal de Valencia con el espectáculo La Navaja en el
ojo. Cuando pidió la participación del público para
proyectar sobre la cubierta del Hemisfèric la frase Saluda
a la Bienal junto a un número de teléfono, jamás hubiese
previsto tamaña adhesión.
Insultos y descalificaciones, irreproducibles en estas
páginas, llegaron en forma de mensajes cortos SMS. La pantalla
los proyectó sin descanso ante la mirada atónita de las
autoridades presentes, quienes previamente ya fueron
abucheadas cuando entraban al recinto.
La exposición valenciana debía ser la Bienal de la
Comunicación entre las Artes. Los organizadores del
encuentro dieron a entender que las nuevas tecnologías
tendrían para esta ocasión un gran protagonismo. Pero la
realidad no fue así.
Decepcionó la instalación El espíritu de la
palabra que Scanner concibió para La Gallera. El público
esperaba un complejo montaje en el que -gracias a la hipnosis
y a un software de su creación-, el artista
transformaba en imágenes los fantasmas sonoros de las antiguas
peleas de gallos. Lo que se prsentó en realidad fue una
proyección de vídeo cuya única peculiaridad era una pantalla
circular colocada en el suelo.
Inauguraciones fuera de fecha
Todavía fue peor lo que pasó con el ambicioso proyecto
de Shiro Takatani para el Tinglado del Puerto de Valencia. La
instalación-espectáculo llamada Iris. Las noches del bien y
del mal, una cadena ininterrumpida de filmaciones
digitales proyectadas en unas esculturas de niebla, no se
inauguró cuando tocaba.
Primero, en la noche de apertura, se achacó el problema
al exceso de viento, aunque sólo soplaba una ligera brisa y,
además, Takatani tiene una consolidada experiencia en
proyectos al aire libre. Al final, con tres días de retraso,
los asistentes pudieron ver la instalación que se puede
visitar cada día de las once de la noche a la una de la
madrugada.
La selección de páginas webs de Paolo Vagheggi
para la muestra principal El Cuerpo del Arte no estuvo
a la altura de las excelentes obras elegidas por el comisario
general Achille Bonito Oliva. La mayoría de las piezas, que se
presentan dentro y fuera del ciberespacio, son
ejercicios de diseño vacíos de todo contenido.
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